Betty López se levantó aquella mañana de marzo con frio. A las 6 a.m. debía estar en la fábrica de camisas de algodón donde sus compañeras, reivindicaban un sueldo igualitario a los varones y los mismos derechos y deberes que ellos.
Betty no entendía de eso, era una
muchacha sureña que tres meses atrás llegó a New York con la dirección de
aquella fábrica donde tendría un catre y dos platos calientes al día más el pocket
money semanal a cambio de doce horas diarias de trabajo. A pesar del frio y
de sus catorce años, Betty sabía que debía apresurarse. Sus quince hermanos
pequeños necesitaban el dinero que ella ganaba.
Al llegar, vio que el patrón
había contratado a unos matones para evitar los disturbios y escuchó a sus compañeras
gritar mientras aquellos hombres las empujaban hacia el interior con sus
rifles. Betty, agazapada en la esquina, vio cerrar las puertas por fuera con los
empleados dentro, para obligarles a trabajar sin descanso.
Betty esperó a que todo se
calmara mientras pensaba si debía decir que, sin querer se había quedado afuera,
o si se volvía al pabellón de mujeres contando lo sucedido. Finalmente optó por
volverse y ayudar a las mujeres que cocinaban.
A mediodía, la sirena de los
bomberos y el humo, se hicieron dueños de la calle. La fábrica ardía en
llamaradas. Betty se acercó para saber de sus compañeras que gritaban con
terror. Los bomberos tardaron demasiado en abrir las puertas, cuando lo
consiguieron, ciento veintitrés mujeres y 23 hombres, habían muerto.
Nunca supo con certeza qué sucedió en la fábrica aquél 25 de marzo de 1911. Tan solo un superviviente comentó, que uno de los guardias, negligentemente dejó caer la colilla de su cigarrillo junto a unas balas de algodón que, prendieron inmediatamente sin que nadie pudiera evitarlo.
Betty López, salvó su piel y
mendigó por las calles de New York hasta que un día se encontró con la amable
señora Street, quien la ofreció un empleo como auxiliar de enfermera en el
hospital que dirigía su esposo.
Triste historia pero no del todo ficticia.
ResponderEliminarBesos
Los relatos y las novelas con una base histórica me gustan mucho, tu nos cuentas un suceso real de manera informal. Abrazos
ResponderEliminarFantástico relato. Tenemos muy presente el 8m, yo también epnsé en esta fábrica...pero al final he escrito otra cosilla.
ResponderEliminarBesos.
Tremendo relato, triste y desolador sobre todo sabiendo que hay hechos verídicos. Besos cariño :)
ResponderEliminarHola, estoy curioseando tu blog, me gusta tu forma de contar historias, no te conocía, tenemos seguidores comunes. Te he visto a través de la amiga Sindel. Me quedo contigo.
ResponderEliminarTe dejo mi enlace:
https://ginesfranconettihavuelto.blogspot.com
Tremendo relato con ciertos tintes reales. Largo camino en la lucha de la mujer por sus derechos. Te felicito por tu creatividad constante y fructífera, Mascab.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz semana.
Reconocí la historia, con un personaje ficticio que sobrevivió.
ResponderEliminarY como enfermera ayudará a otras personas. Lo que no pudo hacer con sus compañeras de trabajo y con los hombres que también trabajaban en la fábrica.
Un abrazo.
¡Qué buen homenaje a la mujer trabajadora y a estas mujeres en especial, mártires, en un situación de injusticia y además, criminal!. Muchas gracias, MASCAB, por haberte sumado a mi convocatoria. ¿Llegará el día en que las mujeres, mitad de la población mundial, estemos en pie de igualdad con los varones?
ResponderEliminarBesos
QUé vidas tan intensas... cuánto camino han facilitado a sus generaciones con posteriores con mucho mucho esfuerzo. Nosotras no seríamos capaces ni de imaginar hacer lo mismo. Un aplauso.
ResponderEliminarBss
Una historia entrañable al igual que triste basada en hechos reales con matiz que tú le has puesto. La vida que perra es, al menos Betty tuvo suerte de salvar su vida y encontrar un nuevo empleo. Un abrazo, muy buen relato.
ResponderEliminarFicticio o no, pasa todos los días con inmigrantes en los países desarrollados.
ResponderEliminarEuropa, américa, Asia etc.
Magnífico relato, reflejo de muy duras, injustas y terribles situaciones que se daban, y de las que, desgraciadamente, aún quedan lastres…
ResponderEliminarMuy bueno en forma y fondo.
Gran aportación, Mascab.
Abrazo grande 💙
La historia de las reivindicaciones sociales está cementada sobre la lucha de gente como ésta, explotada y avasallada en sus derechos aún a riesgo de sus propias vidas. Merecido reconocimiento. Saludos jueveros
ResponderEliminarRecuerdo la historia y es un punto de inflexión. Tú la has ficcionado con esa chispa de realidad en un texto que refleja muchas realidades.
ResponderEliminarTe felicito, Mascab.
Un beso enorme.
Una historia con una parte verídica la cual olvidamos creyendo que el 8 de marzo es solo un día de fiesta y no un homenaje para aquellas que con sus vidas nos fueron abriendo camino. Muy buen relato que conmueve. Besos
ResponderEliminar¡ tantas veces los logros humanos se cimentan sobre los muertos ! Un antes y un después para cambiar la historia. Habría cambiado sin esta barbarie o seguiríamos explotando a las mujeres por el mero hecho de serlo? Bien traído este sucedión en la fábrica. Un abrazo
ResponderEliminarCiertamente el inicio de las industrias qeu hoy tenemos se construyo sobre el trabajo de muchas personas que laboraron en condiciones completamente inhumanas
ResponderEliminarTe agradezco que hayas traído este relato ficticio pero basado en aquella famosa fábrica textil y la muerte de sus operaria que dió origen a que hoy celebremos en su memoria el 8 de marzo.
ResponderEliminarGracias.
Que buen relato, me ha gustado mucho, a propósito de mujeres trabajadoras e incendios, a la memoria me ha venido el incendio que sucedió hace algunos años en Bangladesch también en una fábrica textil donde murieron mas de 100 personas, en su mayoría mujeres,que yo recuerde porque no tenían salidas de emergencia. En fin, que muchísimas mujeres en el mundo siguen trabajando por sueldos de miseria y en condiciones de trabajo deplorables. Gracias por recordárnoslo.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Muy bueno. Si es real, es una tragedia anunciada, como miles que se dan en fábricas cerradas con trabajadores casi niños o mujeres.
ResponderEliminarUn abrazo. Feliz día