El viernes 19 de noviembre de 2021, hablaremos sobre la literatura y la conciencia social. Será en la Biblioteca Elena Fortún de Madrid y estaremos autoras con libros relacionados con la violencia en cualquiera de sus modalidades, pero centrándonos en esta lacra social que es la violencia de género.
Los libros entorno a los que iremos realizando nuestras ponencias son:
Stop abuso, de Margarita García Marqués.
Rota, de Mariam González.
Todas somos caperucita. de Mariví García Gallego.
Las mujeres sin rostro, de Ángel Arribas.
La dualidad de los espejos, de Asunción Caballero Mascab.
Si os apetece y tenéis la tarde libre, será a las 19 horas.
PONENCIA
La literatura y la conciencia social
A lo
largo de la historia y a través de los conocimientos que hemos ido
adquiriendo en nuestras propias vidas, sabemos que no ha existido cultura que
no se haya apoyado en el uso de la palabra con el fin de persuadir,
a amigos y/o enemigos, con el fin de conseguir el objetivo personal que se desea en cada momento.
Todos hemos oído hablar de la propaganda totalitaria (fascista o comunista), del pasado siglo XX que sigue existiendo en este nuevo siglo a través de la catequesis y los adoctrinamientos con el fin
de difundir ideas o, buscar objetivos ideológicos captando y manipulando a las personas más moldeables para que persigan como suyos, los intereses de quienes mandan.
A los demócratas nos parece irreprochable esta manera de influir
sobre los demás con métodos de catequesis colectiva, donde todos han de comulgar
con la misma idea. Pero, también intentamos influir en la conciencia de todos a
través de la palabra escrita.
¿A qué se debe esta semejanza cuando el objetivo
a conseguir es tan diferente? Yo respondería que, con los primeros, los de
ideas dictatoriales, se sacrifican a muchos por el bien de muy pocos y, con los
segundos, los de ideas más progresistas y sociales, se condenan a unos pocos por
el bien de otros muchos.
¿A qué llamamos conciencia social? A la capacidad que tenemos los seres humanos para percibir, reconocer y comprender
los problemas y las necesidades que tienen las personas de nuestra comunidad, o
nuestro grupo social.
De
este modo, la literatura siempre y, de manera libre, ha incurrido en la crítica
y la denuncia social y política mostrando que existe otra realidad diferente a
la que se percibe en la sociedad, es decir, la conciencia social frente al
bombardeo incesante de información. Una información que nos confunde, con la
propaganda partidista de algunos medios, y que, nos hace dudar de su veracidad.
En
esta línea intermedia entre los ideales políticos de unos y otros y lo que se
transmite de todo ello en los medios de difusión cercanos a uno u otro color,
según el caso, es donde estamos los escritores sociales a lo largo de la
historia concienciando mediante la palabra, pero sin obligar a. Simplemente
denunciando lo que ocurre en la sociedad a través de la narrativa o la bella
metáfora de un verso. De estos textos sociales, cada cual hará su lectura, cada
cuál tomará lo que le interese sin que nadie le obligue o le lave su cerebro.
Sino potenciando su pensamiento crítico y libre a través de la palabra.
Como
activista social, he participado en numerosas marchas tanto por la erradicación
de la violencia de género, como los malos tratos a menores o las barbaries
contra los pueblos. He trabajado para llevar la palabra social a la calle sin
otro fin que el de hacer ver lo que sucede más allá del calor de nuestro hogar, más
allá de la ventana de un televisor y más allá de las fronteras de nuestro
espacio de confort.
Así es
como aprendí que la palabra hecha verso, es la más libre de todas, ya que, sin
decir con exactitud, por medio de la metáfora nombra lo que necesita ser
cambiado permitiendo a cada lector, que lo interprete en libertad según su
pensamiento.
Y esta
palabra hecha verso, es la que mejor funciona en las plazas, porque permite a
los oyentes escuchar al autor y captar en su voz, los sentimientos que le
hicieron escribir el poema.
Sin
embargo, después de algunos poemarios publicados, pude ver que, si bien la lectura metafórica
y social en los auditorios llega a las personas, no es así cuando el lector, no
asiduo a la poesía, lee un libro de poemas, pues la mayoría de las veces desiste de intentar entender lo que lee, antes de finalizar la lectura.
Por
esto, me decidí a convertir en prosa algunos de mis poemas sociales, que están
reunidos en el libro titulado “La dualidad de los espejos”, en un
intento de llegar mejor a un número más amplio de lectores a los que indicar
hacia dónde deben mirar.
NO
todos estos relatos tratan la violencia de género, que también, sino que
engloban diversos tipos de violencia humana contra otros humanos. Como por
ejemplo el maltrato y los abusos infantiles, las desigualdades y violencia
hacia las niñas por ser niñas, la violencia doméstica, la falta de comunicación
familiar, etc.
Mascab A.C.