Mi mirada prendida
en la frontera oriente.
En el derramado llanto
de los niños
ocultos bajo la platea de un teatro.
Cuerpecitos tiznados
con la soberbia de un dictador.
Se negocian bloqueos contra la barbarie.
Los sabios reflexionan fórmulas
que cubran lo siniestro en un nuevo agharti.
No necesitamos otro loco
que se crea superior.
¿Y los niños? ¿quién los protegerá
mientras unos lanzan bombas
y otros meditan?
Son testigos los caminos:
la angustia anida en los viajeros.
El hielo cubierto de sangre
no absorbe las lágrimas
y, el frio que moja sus huesos
no es de nieve.
Hielo teñido de sangre y lo peor los niños esas vidas sin estrenar por una bravuconada en a que llevamos... 24 días?
ResponderEliminarPor eso no hay que tenerle miedo y simplemente borrarle con todo su puto pías del mapa.
ResponderEliminarTotal ya nos hemos cargado este mundo.
Salud
Impresionante tu poema, Mascab. Esos caminos de hielo y sangre, que nos recuerdan tiempos muy pasados y aún presentes, amiga. El dolor atento y desesperado cubre tus versos y nos llega a todos. Los niños se ofrecen en el altar de la vida, como gritos de paz al universo.
ResponderEliminarMi abrazo por tu constante creatividad y buen hacer, amiga.
Buen poema. No se puede negar que eres una de las poetas sociales de nuestros días. Un abrazo
ResponderEliminarQué dureza la que están viviendo esas criaturas, esas familias, esos niños. Es increíble y abominable, no se me ocurre otro palabra. Besos cariño
ResponderEliminarHermoso poema que nos representa a todas las personas, horror y tristeza estos días.
ResponderEliminarUn abrazo.