sábado, 27 de noviembre de 2010

COBARDE




Qué se puede hacer cuando una amenaza te invade las entrañas como una mano invisible que te oprime el corazón, impidiendo que con su palpitación genere el círculo sanguíneo necesario para seguir viviendo?

                                                            
Qué se puede hacer cuando conoces las herramientas para erradicar la amenaza de raíz y, sin embargo temes que cualquier acto propio se vuelva contra ti, golpeándote no en tu propio ser, sino donde más te va a doler?

Qué se puede hacer cuando queremos, necesitamos, ansiamos proteger a alguien muy querido de un peligro inminente que, sabemos le acecha, acosa e intimida… si sospechamos que con cualquier herramienta que utilicemos podemos provocar su propio daño?



Sólo nos queda la rabia apenas contenida, que nos desborda consiguiendo que nuestros dientes rechinen de tanto apretarlos y que las uñas nos dejen marcas en las palmas de nuestras manos por lo fuerza con que cerramos los puños que desearíamos lanzar a la cara de quien nos acosa a quien más nos duele…

Sólo nos queda serenarnos, dejar que la rabia instantánea mengüe y se desaceleren nuestros instintos básicos, para después actuar con todas las de la Ley… enfrentándonos cara a cara, Ley en mano, sin miedo jamás, a las represalias de un cobarde…