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Podría haber sido una pesadilla
pero es la más cruda realidad
la que nos oscurece el forro de la sangre
y deja sin luz las entrañas
No son las ruinas de Gaza
no solo son esos escombros
ni siquiera las bombas que convierten
edificios en cenizas
avenidas en montañas de polvo
Son los niños que pierden a su familia
los que sufren el dolor de las llamas
los que ven sangre y vísceras
piernas y brazos ante sus ojos
inundados de lágrimas
cuando consiguen salir del barro
para no encontrar consuelo
Son los niños sin culpa
que mueren o viven la muerte
mientras un loco narcisista
ordena el exterminio de su pueblo
y como Herodes el Grande
ordena matar a todos los niños
de Jerusalén o...
de Gaza o...
de Kiev o...
Da igual la ciudad
dan igual los nombres
su consigna es
MATAR
el
FUTURO
Te doy toda la razón.
ResponderEliminarEsos niños parten el alma, aunque solo fuera por ellos deberían parar la guerra.
Niños que aunque logren crecer tendrán una vida marcada por el dolor y el odio, mucho futuro malogrado. Más de 30 conflictos armados hay activos en todos hay niños. Muy triste. Abrazos
ResponderEliminarMatar la esperanza. Matar la luz de esos ojos que eran el futuro.
ResponderEliminar¿Hasta cuándo?
Abrazos
Es dejar a esos niños en un estado de vulnerabilidda total. No entiendo ninguna guerra. Los daños colaterales siempre son excesivos. Buen poema.
ResponderEliminarUn abrazo
Y lo peor es que hasta donde creíamos que estábamos un poco a resguardo de los intransigentes el aire comienza a enrarecerse. Sobre todo porque los que lo vieron antes ya son muy pocos y cuando lo cuentas los toman por lunáticos o como poco como el "abuelo Cebolletas". La historia es tozuda.
ResponderEliminarUnos niñ@s marcados por siempre, su vida nunca será una vida llena de felicidad. Todos estos terrribles recuerdos creceran con ellos, espero que no sea dentro del odio y la venganza. Mil abrazos amiga!
ResponderEliminarTan estremecedoramente precioso como cruelmente real, mi querida ASUN.
ResponderEliminarPorque es cierto que los Srñs. de la guerra, esos seres sanguinarios a los que no les importa nada ni nadie, parecen empeñados en masacrar el futuro. Niños que mueren, niños que viven miriendo, niños inocentes que nada tienen que ver lo que deciden los adultos, niños que quizá nunca lleguen a adultos y si llegan, tan rotos por dentro que no sé qué tipo de adultos serán... algo está claro, peor que sus asesinos no serán. Ojalá alguien encuentre el botón de la cordura, por favor... que lo encuentren pronto! ...
Un beso inmenso lleno de pena.