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No me pidas que razone
esta manía de cazar sombras
y sumergirme en ellas
para buscar lo que fue
mientras vibre un rayo en mi sangre
No me pidas que te hable
sobre este deseo de quedarme conmigo
entre los naranjas de la tarde
y el aire espino de la noche
para sumarme a los techos de la lluvia
que no cae para gustar a todos
Soy alma con pena errante
entre las sombras de las sombras
una partícula del coraje que habitó mi pecho
y bordó palabras precisas de amargor
para remorder al villano
o hacer ver al ciego
Pero me declaro culpable
nunca salvé nada ni a nadie
ni siquiera a este poema
que ya se enterró
entre las sombras
y lo muerto
Asunción Caballero