Hay
noches en que los sueños se difuminan con las sombras. Se mezcla lo real con lo
imaginario y nos perdemos entre los límites dimensionales de nuestra propia vida.
En ese duermevela, aparecen todos los fantasmas que mantenemos anclados a
nuestros recuerdos. No les consentimos la libertad. Los atesoramos en el
subconsciente como aquello que guardamos en el trastero porque no queremos deshacernos
de lo que un día nos hizo feliz. A los fantasmas les damos cobijo para
sentirlos cerca en noches como esta, oscuras, sin sueños…
¿Que seriamos sin recuerdos? son buenos compañeros y se dejan amoldar a lo que necesitamos. Un abrazuco
ResponderEliminarY que lo digas, así es. La noche ampara esos pensamientos y recuerdos. Besos :D
ResponderEliminarNo sabes cómo he pedido yo que esos fantasmas vinieran alguna noche durante más de cuarenta años pero no se ha presentado más de tres veces.
ResponderEliminarBesos
Me gusta lo que has escrito no pienso no lo analizo te dejo un abrazo inmenso y jazmines infinitods
ResponderEliminarEsos duermevelas cuantas cosas nos traen.
ResponderEliminarBuen texto. Un abrazo
Me encantó cómo describes y nos muestras ese subconsciente o trastero donde guardamos fantasmas y recuerdos, Mascab...Y cuando aparecen en sueños (dormidos) nos hacen felices. Disculpa que haya tardado en contestarte, he estado pendiente de mis hijos, uno aquí (estos días) y el otro en el fin del mundo,separado de su familia, no podía centrarme. Gracias a Dios ya están juntos de nuevo y puedo tranquilizarme.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño, Mascab.