Ernesto Sábato,premio Cervantes de la Literatura de 1984, ha sido uno de los hombres claves de las letras hispanas durante décadas.
Nacido en Rojas el 24 de junio de 1911. Se doctoró en Físicas en la Universidad de La Plata. En Francia, trabajando en el famoso laboratorio Curie, Sábato se descubre “…vacío de sentido (…)” en época de guerra decide dedicarse a la literatura. En 1945, publica su primer libro “Uno y el universo”, pero será con “El túnel”, con la que obtiene el reconocimiento literario.
Falleció el 30 de abril de 2011, en Buenos Aires a los 99 años de edad. Ha sido un intelectual reconocido internacionalmente y asociado a la transición democrática argentina. Aunque tuvo que "tratar" con el general Videla durante su gobierno, con Alfonsín, trabajó al frente de la CONADEP (Comisión por la desaparición de Personas), departamento que elaboró el primer informe con encargo estatal, sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de los generales.
Con el fallecimiento de Sábato, desaparece una de las figuras de referencia en la narrativa del siglo XX y un hombre comprometido con los Derechos Humanos.
De “El dragón y la princesa”, os dejo un extracto donde podéis valorar el modo sencillo y fresco de sus narraciones y la genialidad de sus letras…
(EXTRACTO “PARTE IX”)
(…) Ese otro es el alférez Celedonio Olmos, el padre de abuelo Pancho, es decir mi tatarabuelo. Bonifacio se tuvo que escapar a Montevideo. Allá se casó con una uruguaya, una oriental, como dice el abuelo, una muchacha que se llamaba Encarnación Flores, y allá nació Escolástica. Mirá qué nombre. Antes de nacer, Bonifacio se unió a la legión y nunca vió a la chica, porque la campaña duró dos años y de ahí, de Humahuaca, pasaron a Bolivia, donde estuvo varios años; también en Chile estuvo un tiempo. En el 52, a comienzos del 52, después de trece años de no ver a su mujer, que vivía aquí en esta quinta, el comandante Bonifacio Acevedo, que estaba en Chile, con otros exiliados, no dió más de tristeza y se vino a Buenos Aires, disfrazado de arriero: se decía que Rosas iba a caer de un momento a otro, que Urquiza entraría a sangre y fuego en Buenos Aires. Pero él no quiso esperar y se largó. Lo denunció alguien, seguro, si no no se explica. Llegó a Buenos Aires y lo pescó la Mazorca. Lo degollaron y pasaron frente a casa, golpearon en la ventana y cuando abrieron tiraron la cabeza a la sala. Encarnación se murió de la impresión y Escolástica se volvió loca. ¡A los pocos días Urquiza entraba en Buenos Aires! Tenés que tener en cuenta que Escolástica se había criado sintiendo hablar de su padre y mirando su retrato.
De un cajón de la cómoda sacó una miniatura, en colores.
- Cuando era teniente de coraceros, en la campaña del Brasil. Su brillante uniforme, su juventud, su gracia, contrastaban con la figura barbuda y destrozada de la vieja litografía.
- La Mazorca estaba enardecida por el pronunciamiento de Urquiza. ¿Sabés lo que hizo Escolástica? La madre se desmayó, pero ella se apoderó de la cabeza de su padre y corrió hasta aquí. Aquí se encerró con la cabeza del padre desde aquel año hasta su muerte, en 1932.
- ¡En 1932!
- Sí, en 1932. Vivió ochenta años, aquí, encerrada con su cabeza. Aquí había que traerle la comida y sacarle todos los desperdicios. Nunca salió ni quiso salir. Otra cosa: con esa astucia que tienen los locos, había escondido la cabeza de su padre, de modo que nadie nunca la pudo sacar. Claro, la habrían podido encontrar de haberse hecho una búsqueda, pero ella se ponía frenética y no había forma de engañarla. "Tengo que sacar algo de la cómoda", le decían. Pero no había nada que hacer. Y nadie nunca pudo sacar nada de la cómoda, ni del bargueño, ni de la petaca esa. Y hasta que murió en 1932, todo quedó como había estado en 1852. ¿Lo creés?
- Parece imposible.
- Es rigurosamente histórico. Yo también pregunté muchas veces, ¿cómo comía? ¿Cómo limpiaban la pieza? Le llevaban la comida y lograban mantener un mínimo de limpieza. Escolástica era una loca mansa e incluso hablaba normalmente sobre casi todo, excepto sobre su padre y sobre la cabeza. Durante los ochenta años que estuvo encerrada nunca, por ejemplo, habló de su padre como si hubiese muerto. Hablaba en presente, quiero decir, como si estuviese en 1852 y como si tuviera doce años y como si su padre estuviese en Chile y fuese a venir de un momento a otro. Era una vieja tranquila. Pero su vida y hasta su lenguaje se habían detenido en 1852 y como si Rosas estuviera todavía en el poder. "Cuando ese hombre caiga", decía señalando con su cabeza hacia afuera, hacia donde había tranvías eléctricos y gobernaba Yrigoyen. Parece que su realidad tenía grandes regiones huecas o quizá como encerradas también con llave, y daba rodeos astutos como los de un chico para evitar hablar de esas cosas, como si no hablando de ellas no existiesen y por lo tanto tampoco existiese la muerte de su padre. Había abolido todo lo que estaba unido al degüello de Bonifacio Acevedo.
- ¿Y qué pasó con la cabeza?
- En 1932 murió Escolástica y por fin pudieron revisar la cómoda y la petaca del comandante. Estaba envuelta en trapos (parece que la vieja la sacaba todas las noches y la colocaba sobre el bargueño y se pasaba las horas mirándola o quizá dormía con la cabeza allí, como un florero). Estaba momificada y achicada, claro. Y así ha permanecido.
- ¿Cómo?
- Y por supuesto, ¿qué querés que se hiciera con la cabeza? ¿Qué se hace con una cabeza en semejante situación?
- Bueno, no sé. Toda esta historia es tan absurda, no sé.
- Y sobre todo tené presente lo que es mi familia, quiero decir los Olmos, no los Acevedo.
- ¿Qué es tu familia?
- ¿Todavía necesitás preguntarlo? ¿No lo oís al tío Bebe tocando el clarinete? ¿No ves dónde vivimos? Decíme, ¿sabés de alguien que tenga apellido en este país y que viva en Barracas, entre conventillos y fábricas? Comprenderás que con la cabeza no podía pasar nada normal, aparte de que nada de lo que pase con una cabeza sin el cuerpo correspondiente puede ser normal (…)
De un cajón de la cómoda sacó una miniatura, en colores.
- Cuando era teniente de coraceros, en la campaña del Brasil. Su brillante uniforme, su juventud, su gracia, contrastaban con la figura barbuda y destrozada de la vieja litografía.
- La Mazorca estaba enardecida por el pronunciamiento de Urquiza. ¿Sabés lo que hizo Escolástica? La madre se desmayó, pero ella se apoderó de la cabeza de su padre y corrió hasta aquí. Aquí se encerró con la cabeza del padre desde aquel año hasta su muerte, en 1932.
- ¡En 1932!
- Sí, en 1932. Vivió ochenta años, aquí, encerrada con su cabeza. Aquí había que traerle la comida y sacarle todos los desperdicios. Nunca salió ni quiso salir. Otra cosa: con esa astucia que tienen los locos, había escondido la cabeza de su padre, de modo que nadie nunca la pudo sacar. Claro, la habrían podido encontrar de haberse hecho una búsqueda, pero ella se ponía frenética y no había forma de engañarla. "Tengo que sacar algo de la cómoda", le decían. Pero no había nada que hacer. Y nadie nunca pudo sacar nada de la cómoda, ni del bargueño, ni de la petaca esa. Y hasta que murió en 1932, todo quedó como había estado en 1852. ¿Lo creés?
- Parece imposible.
- Es rigurosamente histórico. Yo también pregunté muchas veces, ¿cómo comía? ¿Cómo limpiaban la pieza? Le llevaban la comida y lograban mantener un mínimo de limpieza. Escolástica era una loca mansa e incluso hablaba normalmente sobre casi todo, excepto sobre su padre y sobre la cabeza. Durante los ochenta años que estuvo encerrada nunca, por ejemplo, habló de su padre como si hubiese muerto. Hablaba en presente, quiero decir, como si estuviese en 1852 y como si tuviera doce años y como si su padre estuviese en Chile y fuese a venir de un momento a otro. Era una vieja tranquila. Pero su vida y hasta su lenguaje se habían detenido en 1852 y como si Rosas estuviera todavía en el poder. "Cuando ese hombre caiga", decía señalando con su cabeza hacia afuera, hacia donde había tranvías eléctricos y gobernaba Yrigoyen. Parece que su realidad tenía grandes regiones huecas o quizá como encerradas también con llave, y daba rodeos astutos como los de un chico para evitar hablar de esas cosas, como si no hablando de ellas no existiesen y por lo tanto tampoco existiese la muerte de su padre. Había abolido todo lo que estaba unido al degüello de Bonifacio Acevedo.
- ¿Y qué pasó con la cabeza?
- En 1932 murió Escolástica y por fin pudieron revisar la cómoda y la petaca del comandante. Estaba envuelta en trapos (parece que la vieja la sacaba todas las noches y la colocaba sobre el bargueño y se pasaba las horas mirándola o quizá dormía con la cabeza allí, como un florero). Estaba momificada y achicada, claro. Y así ha permanecido.
- ¿Cómo?
- Y por supuesto, ¿qué querés que se hiciera con la cabeza? ¿Qué se hace con una cabeza en semejante situación?
- Bueno, no sé. Toda esta historia es tan absurda, no sé.
- Y sobre todo tené presente lo que es mi familia, quiero decir los Olmos, no los Acevedo.
- ¿Qué es tu familia?
- ¿Todavía necesitás preguntarlo? ¿No lo oís al tío Bebe tocando el clarinete? ¿No ves dónde vivimos? Decíme, ¿sabés de alguien que tenga apellido en este país y que viva en Barracas, entre conventillos y fábricas? Comprenderás que con la cabeza no podía pasar nada normal, aparte de que nada de lo que pase con una cabeza sin el cuerpo correspondiente puede ser normal (…)
ufff!!!!! que mal rollo con la cabeza!!!!! como para no volverse loca!!!!!..
ResponderEliminarque yu-yu me ha dado....
un besazo
peich
AMIGA QUERIDA!!!
ResponderEliminarME HAS GANADO CON EL HOMENAJE A NUESTRO QUERIDO ERNESTO SÁBATO.
ESTOY TRISTE PORQUE SE NOS FUE EL ÚLTIMO GRAN MAESTRO.
ACABO DE RENDIRLE UN TRIBUTO PORQUE LLEGABA A EMOCIONARME SIEMPRE CUANDO HABLABA DE LA VIDA Y DE SU ANGUSTIA.
EL DECÍA:
-yO NO ESTOY TRISTE, SOY TRISTE.
HASTA SIEMPRE, QUERIDO ERNESTO.
BESITOS, AMIGA, Y GRACIAS POR RECORDARLO.
PD: EL POEMA MIO DE AYER NO ES EXACTAMENTE UNA DESPEDIDA.
TE CUENTO... YO TODOS LOS DOMINGOS PASEABA EN MI AUTO Y ÉL, MI AMOR PLATÓNICO, PASEABA EN EL SUYO. NOS CRUZABAMO SIEMPRE MUCHAS VECES EN EL DÍA Y NOS MIRÁBAMOS... LUEGO, ÉL DESAPARECÍA...
ASÍ ESTUVIMOS DOS AÑOS.
POR ESO PUSE "LAS PALABRAS QUE QUIZÁ NUNCA SE LLEGARÁN A PRONUNCIAR" PORQUE PARECÍA QUE JAMÁS NOS IBAMOS A CRUZAR.
HASTA QUE LLEGÓ EL DÍA...
CARIÑOS MUCHOS PARA TI
BESITOS
Peich, es una novela auténtica. Me alegro que te haya gustado el extracto, a pesar del yuyu.
ResponderEliminarBesos, amiga.
Luján, qué menos podemos hacer por quienes tanto nos han enseñado??
ResponderEliminarMe troncho con lo de la poesía... pero claro, cada lector siente las plabras que lee de distinto modo. Incluso puede imaginar una historia que nada tiene que ver con la realidad.
De ahí que me guste tanto leer, cada lectura es una aventura cuyos límites es la última palabra.
Gracias por tu visita.
Uno más de los grandes que nos deja, estupendo motivo para releerlo.
ResponderEliminarUn abrazo
Algo de nosotros se va con el gran maestro Sábato. Nos deja huérfanos de sus letras, pero orgullosos de su obra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pilar, Amén.
ResponderEliminarFelicidades, que pases un buen día de la madre.
Besos, guapa!
Julio, me gustó mucho tu poema in memoriam para Sábato.
ResponderEliminarGracias por tus visitas a mi espacio.
Un saludo
Que ignorante soy, no he leido ninguna obra suya, bueno casi que si, con la narrativa que has colgado en tu post, no he podido evitar leer como si estuviera imitando a un argentino jajajajaja. enserio que mareo con la cabeza.Max
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarBuscando el post "El presente" que tanto nos había gustado cuando lo leímos encontramos este homenaje a nuestro Ernesto Sábato! Nos llena de placer y viendo que has mencionado su defensa de los Derechos Humanos te dejamos, por si quisieras leer un poco, la entrada que, sin saberlo, 40 días antes de su muerte lo estábamos homenajeando: http://hogarcrecer.blogspot.com/2011/03/dia-nacional-de-la-memoria-por-la.html - Su libro "La resistencia" está muy bueno.
Todavía no encontramos "El presente", así que seguiremos buscando y leyendo. A propósito, si nos permitís la sugerencia, no has pensado poner un buscador interno?
Hasta pronto! Abrazos!
Hola!
ResponderEliminarBuscando el post "El presente" que tanto nos había gustado cuando lo leímos encontramos este homenaje a nuestro Ernesto Sábato! Es un placer. A nosotros nos pasó que 40 días antes de su muerte hicimos una entrada donde lo homenajeábamos y, viendo que has hecho mención a su defensa de los Derechos Humanos, te dejamos la dirección por si quisieras leer un poco: http://hogarcrecer.blogspot.com/2011/03/dia-nacional-de-la-memoria-por-la.html - El libro "La resistencia" está muy bueno.
Aún no encontramos "El presente" así que seguiremos buscando y leyendo. A propósito, si nos permitís una sugerencia, no has pensado poner un buscador interno? Por favor, no lo tomes como una intromisión.
Hasta pronto! Abrazos!
Hola de nuevo!
ResponderEliminarHermosas las palabras que nos dejaste en el blog! Gracias! Y con respecto a tu post, para asegurarnos fuimos a la página del concurso y allí figura ese título en el comentario del año anterior. Pasa que le recomendamos tu sitio a una amiga, pero igual tendrá muchas cosas más para leer y disfrutar, escribís muy lindo!
Sobre el buscador interno acá te dejamos dos direcciones, la primera la tuvimos y funciona muy bien, la segunda es la que tenemos ahora, más novedoso: gemablog-.blogspot.com/2009/09/mi-buscador-interno.html - http://vagabundia.blogspot.com/2011/06/buscando-con-efectos.html
Hasta cualquier momentito! Abrazos!