Quizá esto que vengo a decir hoy, no guste a una mayoría y quizá, reciba comentarios antidemócratas, insultos y esas cosas similares que venimos sufriendo los últimos años. Pero soy una mujer demócrata. Creo en la democracia como el mejor de los sistemas políticos.
Y esta mujer, no quiere que su País de un solo paso atrás en todos los Derechos que ha conseguido en búsqueda siempre, de la igualdad y la justicia social.
Por ello necesito decir que hoy, 24 de julio de 2023, tras las elecciones generales de ayer para el Congreso y el Senado, que debe gobernarnos con destreza, honradez y justicia, siento preocupación y lástima.
Lástima porque el partido popular, haya perdido el norte y no haya sabido evolucionar según las necesidades de la sociedad, la economía y el cuidado del ecosistema que necesita el siglo XXI.
Lástima que no haya sabido auto regenerarse tras el fracaso de los gobiernos de Rajoy ni elegir a sus líderes entre los mejores y más preparados para este nuevo siglo.
Lástima que con sus últimos pactos con las extremas del odio haya abierto las puertas al fascismo sentándolo en sillones de gobierno.
Lástima que hayan preferido el odio a la democracia. Lástima que España, no tenga políticos de altura que se olviden del rojo y del azul y sepan trabajar juntos en lo que les une y negociar lo que les diferencia.
Eso es lo que sus votantes quieren y necesitan.
Así lo demuestran con sus votos: No desean un gobierno de pleno poder a la derecha ni a la izquierda, desean consenso, igualdad, trabajo y paz.
El mejor pacto para un gobierno estable y funcional, sería el del partido popular y el partido socialista. Dos partidos que tienen en común el ser los mas votados por los españoles porque los votantes saben quienes son los que han sabido gestionar nuestros gobiernos los últimos 45 años, a veces con errores y a veces con aciertos, a veces con honradez y a veces con corrupción, pero todo esto sucede y lo sabemos, aunque por supuesto, no lo aceptamos y de ahí que unas veces se vote más a uno u otro de estos dos partidos a modo de premio o castigo.
Lástima que ambos partidos demócratas, no dejen a un lado sus arrogancias y orgullos y sepan pactar entre ellos. Porque España quiere confiar en políticas democráticas constructivas y los votantes, no queremos dar un paso atrás en los Derechos conseguidos durante los últimos 45 años.
Queremos avanzar, ir de la mano, trabajar codo con codo para el desarrollo socioeconómico, cultural y medioambiental de nuestro País, olvidarnos de rojos y azules, olvidarnos de la crispación y los insultos generados por las extremas del odio.
Queremos que nuestros políticos sepan ser españoles y demócratas de altura. Y esto lo demostrarían sabiendo pactar y co-gobernar uno con otro, puesto que son los dos partidos más votados, y dejar los extremos, donde deben estar: en el rincón de los castigados. Ahí, donde estan porque han sido elegidos democráticamente, pero sin apenas voz y, por supuesto, sin poder para dirigir a nuestro País.
Y España, volvería a ser el ejemplo democrático que fue en 1978, pero gobernada por políticos de siglo XXI que no se anclan a un pasado ruinoso.