In Memoriam
a una amiga inolvidable: Jone Miren Asteinza
|
El otoño se envuelve
en ocres y amarillos
como los huesos
por el aire agitados
cubiertos por la tierra
En el otoño
nos atragantan los adioses
se van las aves
las flores se marchitan
desaparecen los niños del parque
los abuelos se quedan solos
esperando el invierno
mientras los nietos sueñan
con una nueva primavera
Hay primaveras
en que no medran los abrazos
ni existen amarillos
a los que visitar
cubiertos de cuidado césped
Hay otoños
que nos llenan de despedidas
y preparamos un baúl
en el que resguardar las hojas
que fueron ramas
y nos acobijaron
(mientras leíamos relatos
y se dibujaban proyectos)
bajo su copa
Hay otoños
que no sabemos
qué hacer con el dolor
de tantas despedidas