Comienza la campaña de Navidad con muchas ofertas en las grandes superficies y poco dinero para gastar en los bolsillos españoles.
Al portal de Belén este año iremos a postrar nuestras pancartas exigiendo que no sigan robándonos nuestro bienestar social. Que dejen de recortarnos la alas del pensamiento, como han anulado los derechos fundamentales que ya ni nuestra Constitución amparan, puesto que quienes gobierna, parece que lo hacen con otra carta magna, la que rige en un país europeo frío, que tienen leyes para ellos mismos y distintas para quienes vivimos en el sur.
Y puesto que al sur estamos, en el sur todavía pensamos. Muchos de nuestros vecinos, conocidos, incluso amigos y familiares están pasando penurias con un subsidio de desempleo que no les alcanza para sostener sus vidas hipotecadas. Algunos de ellos, lo sabemos, han sido desahuciados de sus casas tras haber sido empujados desde sus puestos de trabajo con malas artes, a la cola del paro. Ahora viven bajo un puente que ya no puede dar cobijo a todos, sin casa ellos y sin casa quienes les avalaron, pasando frio y hambre, porque los comedores sociales este año tienen menos o ninguna subvención y la ayuda particular de los buenos vecinos que reparten lo poco que pueden, no alcanza para alimentar a tanta gente que sufre en sus propias carnes la mala gestión de los políticos europeos.
Da igual que sean de derechas o de izquierdas, están institucionalizados en partidos que más bien parecen franquicias cuyo único interés es sacar rédito en las urnas y sentarse durante un tiempo en el sillón que les da poder mediante decretazos para torear a la Constitución y exprimir a la clase trabajadora y contribuyente. Para ellos, su único objetivo es vivir a todo tren durante el tiempo que puedan estar agarrados al sillón. Sin importarles qué vendrá como consecuencia de sus actos y vendiendo el País al capitalismo más puro. Es decir, a los grandes grupos financieros.
Desde Europa llegan préstamos que desde el sur difícilmente se podrán pagar. Pero no son préstamos para la sociedad, nada de ése dinero llegará para quienes viven en la calle. Ni un céntimo se repartirá para los más necesitados. Irá en su totalidad para salvar a la banca de la escasez de beneficios. Sin que sea la propia banca rescatada quien devuelva el dinero con los intereses que dicho préstamo genere. Será una vez más el propio pueblo sureño quien deba pagar una deuda que no le ayudará a vivir mejor.
Pese a ser inyectados por una cantidad alarmante los bancos sureños y pese, a que el pueblo deba seguir encogiéndose aún más, no será suficiente para evitar miles de despidos con el nuevo año y otras subidas más en el IVA e impuestos de toda índole, que dejarán a los pocos indivíduos que aún trabajan, con la única posibilidad de tener en la mesa un mendrugo de pan. Mientras, quienes ya viven en las calles, morirán de frío y fiebres durante el invierno sin poder ser atendidos médicamente, salvo que el médico lo haga de manera voluntaria, puesto que la sanidad pasará definitivamente a ser propiedad de empresas privadas cuyos consejos directivos están ocupados por familiares de políticos activos.
Las escuelas se cierran, los colegios se agrupan de manera que volvemos a tener aulas con más de 30 niños que no tardarán en ser las que muchos conocimos, en las que nos agrupábamos hasta 50 estudiantes, con un solo profesor haciéndose cargo de todas las materias a enseñar. Volverá a ser la educación conductista y disciplinaria. Ya no habrá tiempo ni medios para una enseñanza de aprendizaje constructivo. Cuanto menos descubra el alumno por sí mismo, mucho mejor para los políticos. Que nadie sepa lo que es el libre pensamiento, que se les adoctrine con letras que "con sangre entran". Como papagayos que tarareen la lección, se acabó la educación libre, gratis y universal. Ahora, quienes quieran cultivar el pensamiento, que se paguen colegios internacionales y quienes no tengan dinero, que se conviertan en los sirvientes de los señoritos, por una cama bajo un techo frío y un triste trozo de pan.
Este panorama tan desolador es el que podemos visualizar. Éste, no más. Quienes nos gobiernan nos están preparando para que vayamos asimilando que ésto es inevitable, y convencernos que a pesar de todo, es mucho mejor que otro panorama menos agraciado aún, al que nadie queremos mencionar.
Por éso y a pesar de una y un millón de manifestaciones, la gente casi está preparada para que a los paises del sur lleguen nuevas "franquicias emprendedoras" para quienes se cambien tanto las leyes que sus trabajadores trabajen y trabajen sin tiempo para el descanso, por cuatro "perras chicas" que decía mis abuelo, sin derechos sociales, sin sanidad gratuita, sin derecho al desempleo y a una jubilación sana, sin derecho a la educación y la vivienda digna, pero quizá si: con un nuevo sindicato vertical.
¿Hablábamos sobre campaña de Navidad? ¿Quiénes tendrán Navidad?
De lo que estoy segura, es de que en las comilonas comidas y cenas de las fiestas Navidad, en muchas familias habrá algún pobre cercano que en la mesa se sentará...